Buscando marido

Ayer por la tarde fue uno de esos días en los que uno entra en conversación y deja de lado el trabajo por un rato; todo ello, debido primeramente a que Homer no apareció en toda la tarde. Lo cual, propició en el departamento un clima de apoltronamiento bastante curioso. Teniendo en cuenta, que en el mismo, sólo nos encontrábamos la cubana, la hermanísima, el abuelo y el ricitos.

Según transcurría la tarde, la cubana, ya entrada en años y en carnes, comenzó con los lamentos acerca de su prolongada soltería (e imagino que falta de sexo también). Ante tanto lloriqueo, el abuelo y el ricitos, expertos casamenteros, consolaron a la pobre cubana, aconsejándole métodos modernos de caza de la especie en extinción. Como parecía que el problema podría ser resuelto, la hermanísima se unió a la concurrencia para intentar sacar tajada de los sabios consejos de los alcahuetes. La misma, abrió su corazón al corrillo, y se unió a la cubana en sus lloriqueos por falta de pareja. ¿Pero y el alemán? Se preguntaban internamente los dos hombres de la estancia. Parece ser que el amorío entre ambos no termina de cuajar. ¿O es que intentan ocultarlo hasta que tenga un bombo de 5 meses?

He conocido mujeres de más de 15 que merecen mucho, mucho la pena, y dicen que no encuentran pareja; así que, si esas 15 mujeres de aspecto agradable no encuentran, creo que en esta empresa lo tienen más complicado